Iván Petróvich Pávlov (en ruso: Ива́н Петро́вич Па́влов),
(Riazán, 14 de septiembre de 1849 - San Petersburgo, 27
de febrero de 1936), fue un fisiólogo ruso.

Fue hijo de un patriarca ortodoxo. Comenzó
a estudiar teología, pero la dejó para empezar medicina y química en
la Universidad de San Petersburgo, siendo su principal maestro Bekhterev.
Tras terminar el doctorado en 1883, amplió sus estudios en Alemania, donde se especializó en fisiología intestinal y en el
funcionamiento del sistema circulatorio, bajo la dirección de Ludwid y Haidenhein.
En 1890 obtuvo
la plaza de profesor de fisiología en la Academia Médica Imperial y
fue nombrado director del Departamento de Fisiología del Instituto de
Medicina Experimental de San Petersburgo. En la siguiente década centró su
trabajo en la investigación del aparato digestivo y el estudio de los jugos
gástricos, trabajos por los que obtuvo el premio Nobel de Fisiología o
Medicina en 1904.
Pávlov es
conocido sobre todo por formular la ley del reflejo condicional que
por un error en la traducción de su obra al idioma inglés fue llamada reflejo
condicionado, la cual desarrolló entre 1890 y 1900, después de que su ayudante E.B.
Twimyer observara que la salivación de los perros que utilizaban en sus
experimentos se producía ante la presencia de comida o de los propios
experimentadores, y luego determinó que podía ser resultado de una actividad
psicológica. Esta diferencia entre "condicionado" y
"condicional" es importante, pues el término "condicionado"
se refiere a un estado, mientras que el término "condicional" se
refiere a una relación, que es precisamente el objeto de su investigación.
Realizó el conocido experimento consistente en hacer sonar un metrónomo (a 100
golpes por minuto, aunque popularmente se cree que utilizó una campana) justo
antes de dar alimento en polvo a un perro, llegando a la conclusión de que,
cuando el perro tenía hambre, comenzaba a salivar nada más al oír el sonido del
metrónomo (aparato que en ocasiones utilizan los músicos para marcar el ritmo).
La guerra civil
rusa y la llegada del comunismo no influyeron en sus investigaciones.
A pesar de no sentir simpatía por el nuevo régimen, no sufrió represalias por
parte de los comunistas. Después de la Revolución de Octubre fue nombrado
director de los laboratorios de fisiología en el Instituto de Medicina
Experimental de la Academia de Ciencias de la URSS. En cierta ocasión
llegó a declarar: «Por este experimento social que están realizando, yo no
sacrificaría los cuartos traseros de una rana.» No hay evidencia de que se haya
involucrado en la Revolución de Octubre ni, en general, en el movimiento comunista.
Los detractores del régimen comunista afirman que éste no dudó en aplicar la
teoría del reflejo condicional de Pávlov al condicionamiento de personas, entre
presos, a pesar de no estar confirmado.
En la década de 1930 volvió
a destacarse al anunciar el principio según el cual la función del lenguaje humano
es resultado de una cadena de reflejos condicionales que contendrían palabras.
La fundación del conductismo como
tal ha sido criticada por algunos filósofos y psicólogos al considerarla una escuela
de la Psicología que se centra en la interacción entre el comportamiento y el
ambiente, y cómo se puede aprender.
Estudios de Pávlov
Las observaciones originales de Pávlov eran simples. Si se ponen
alimentos o ciertos ácidos diluidos en el hocico de un perro hambriento, éste
empieza a segregar un flujo de saliva procedente de determinadas glándulas.
Este es el reflejo de salivación, pero eso no es todo. Pavlov observó que el
animal también salivaba cuando la comida todavía no había llegado al hocico: la
comida simplemente vista u olida provocaba una respuesta semejante. Además, el
perro salivaba ante la mera presencia de la persona que por lo general le
acercaba la comida o cualquier otro estímulo que sistemáticamente la anunciara.
Esto llevó a Pavlov a desarrollar un método experimental para estudiar la
adquisición de nuevas conexiones de estímulo-respuesta. Indudablemente, las que
había observado en sus perros no podían ser innatas o connaturales de esta
clase de animal, por lo que concluyó que debían ser aprendidas (en sus
términos, condicionales). El primer paso, cuando se realiza este experimento,
es familiarizar al perro con la situación experimental que va a vivir, hasta
que no de muestras de alteración, sobre todo cuando se le coloca el arnés y se
le deja solo en una sala aislada. Se practica una pequeña abertura o fisura en
la quijada del perro, junto al conducto de una de las glándulas salivares.
Luego, se le coloca un tubito (cánula) de cristal para que salga por él la
saliva en el momento en que se activa la glándula salivar. La saliva va a parar
a un recipiente de cristal con marcas de graduación, para facilitar su
cuantificación.
Estímulo-respuesta
La magnitud de las respuestas a los diferentes estímulos puede
medirse por el volumen total o el número de gotas segregadas en una determinada
unidad de tiempo. Desde la habitación contigua, y a través de un cristal, el
experimentador puede observar el comportamiento del perro, aplicando los
estímulos y valorando las respuestas. Antes de empezar el experimento, Pavlov
midió las reacciones de salivación a la comida en el hocico, que fue
considerable, mientras que salivó muy poco sometido al estímulo del sonido. A
continuación, inició las pruebas de condicionamiento. Hizo sonar el metrónomo (estímulo
neutral), e inmediatamente después presentó comida al animal (estímulo
incondicional), con un intervalo muy breve. Repitió la relación entre este
par de estímulos muchas veces durante varias semanas, siempre cuando el perro
estaba hambriento. Después, transcurridos varios días, hizo sonar solamente el
metrónomo y la respuesta salival apareció al oírse el sonido, a pesar de que no
se presentó la comida. Se había establecido una relación condicional entre la
respuesta de salivar y el sonido que originalmente no provocaba la salivación.
Se dice entonces que la salivación del perro ante la comida es una respuesta
incondicional; la salivación tras oír la campana es una respuesta condicional que depende de la relación que en la historia del sujeto ha
existido entre el sonido y la comida. El estímulo del sonido del metrónomo que
originalmente era neutro funciona ahora como un estímulo condicional.
Este estímulo condicional (sonido), funciona para el sujeto con esa historia
como una señal que avisa que el estímulo incondicional (comida), está a punto
de aparecer. Finalmente, se llamó refuerzo, al fortalecimiento de
la asociación entre un estímulo incondicional con el condicional. El
reforzamiento es un acontecimiento que incrementa la probabilidad de que ocurra
determinada respuesta ante ciertos estímulos. La definición de condicionamiento clásico o respondiente es la formación (o
reforzamiento) de una asociación entre un estímulo originalmente neutro y una
respuesta (por lo general un reflejo o una secreción glandular, como en el caso
de la salivación).5 Los
principios del condicionamiento respondiente se utilizan,
entre otros, para la adquisición de hábitos como el control de esfínteres. Los
estímulos pueden clasificarse en sensoriales, propioceptivos y verbal.
Primer sistema de señales
Así denominó Pavlov a la relación por la cual en el sistema
nervioso central, en especial en el cerebro se establece una
asociación, por ejemplo, entre un sonido, con el posible alimento: el sonido (u
otro estímulo sustitutivo) funciona como una señal. Pavlov consideró que la
mayoría de los animales se rige por un "pensamiento" basado en este
sistema de sustituciones reflejas, un primer sistema de señales.
Segundo sistema de señales
Pero, a diferencia de otros autores, Pavlov consideró que muchos
"comportamientos humanos", son más complejos que un sistema de
reflejos condicionales simples en un modelo "estímulo/respuesta"
lineal. En el Homo sapiens, Pávlov consideró que se produce un salto
cualitativo respecto al primer sistema de señales; en el humano la cuestión
ya no se restringe solamente a reflejos condicionales o a
estímulos que funcionan de manera sustitutiva directa de la realidad. La
complejidad de las funciones psicológicas humanas facilita un segundo sistema
de señales que es el lenguaje verbal o simbólico. En éste las sustituciones a
partir de los estímulos parecen ser infinitas y, sin embargo, altamente
ordenadas (lógicas), ¿Qué le lleva a Pavlov a postular tal capacidad del
segundo sistema de señales? En gran medida se debe a considerar que en el ser
humano existe una capacidad de auto condicionamiento (aprendizaje dirigido por
uno mismo) que, aunque parezca contradictorio, le es liberador: el ser humano
puede reaccionar ante estímulos que él mismo va generando... y que puede
transmitir (ver información). La Psicología (preeminentemente
experimental) de Pavlov y sus epígonos se denomina: reflexología (conviene no confundir
esta reflexología con la forma de terapia reflexogenoterapia vulgarmente
llamada "reflexología").
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